Confucio gone wild
Y éste desperdicio de tiempo al que llamamos vida, éste quererte sin obtener respuesta alguna, esperarte hasta el cansancio para verte llegar con tu habitual indiferencia.El cansancio el hastío el verde el gris el mar, calles y calles llenas de agua y humo intentan ahogarnos, te das la vuelta de nuevo, amo tu espalda y por eso jamás voy a poder detenerte...
El espejo y tu, detrás de mi reflejo, las miradas que buscan cualquier otra cosa que no sea tu sombra...y apareces, en el momento menos indicado pero más propicio para seguir dándole vueltas a éste círculo irremediable. De nadas y nuncas, de mentiras y promesas rotas...
La ira el llanto la decepción y el enojo que nunca van contra ti, sino a morir a tu hombro, lágrimas saladas que no se cansan de fluir llamándote a gritos. La ciudad nos traga y tu mano sale y me vuelve siempre al mismo lugar.
Y el viento y las nubes y algodones de azúcar que no quiero que terminen, como las tardes que se esfuman mientras distraído haces nudos con mi cabello, y tu espalda y tus ojos.
Y tu, carajo...siempre tu
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