50/50
En el moderno mundo actual, las mujeres seguimos enfrentándonos a la idea preconcebida de que son ellos quienes deben de dar al primer paso.La historia va así: Muchacha conoce muchacho, a ella le gusta y se cree lo suficientemente correspondida para no correr. Se queda ahí hasta llegar al punto de no saber a donde va su relación, o si tal relación existe.La historia va así: Muchacho conoce muchacha, a él le gusta lo suficiente como para intentar. Se queda ahí porque es cómodo hasta llegar al punto donde se confunde porque no sabe si es seguro dar el siguiente paso, si ella da señales de vida o lo quiere solo como amigo.
Desde pequeña a ella le dijeron que hay que ser modesta y recatada, que una verdadera Señorita Decente (así, con mayúsculas) no tiene instintos. Que las demostraciones de afecto deben reducirse a "Te estimo", "Eres importante para mi", "Te llevo siempre en mi corazón" y cosas por el estilo.
A Él no le dijeron nada, pero necesita más que frases ambiguas para estar convencido, el sutil contacto de un inocente roce, un beso donde muere la sonrisa, algo tan simple como manos que se encuentran bastaría. Pero no.
Ojo, no hablamos de las mujeres que llevan cabello suelto, fuman sin parar y hablan de sexo en la mesa, las mismas que no necesitan más que miradas sugestivas para saber a donde van. Aunque no siempre terminen bien.Estamos hablando de las típicas niñas de familia, que lo crea o no, existen en todas partes. Que escriben en páginas rosas y aman con vehemencia pero sin pasión. Las mismas a las que les infundieron temor al instinto pero no les advirtieron que podía aparecer.Ésta vez, hablamos de ellas, a quienes no enseñaron a callar la voz de adentro, sino a ignorarla educadamente y con gesto gracioso.
Volvemos a la historia: Muchacho confundido decide darle un ultimátum a la Niñadefamilia. Sutilmente la deja saber que está perdiendo un poco la paciencia, que no sabe que intentar y que realmente no desea herirla, pero está considerando la posibilidad de estar con alguien más. Aunque por el momento sea eso, una mera posibilidad.
Muchacha sufre ruptura cardíaca, por primera vez, se siente dominada por el instinto.
Después de mucho meditar, ella decide que tiene 2 opciones:
1. Dejar que el tiempo pase y confiar en que el viento los traerá de vuelta en romántico encuentro.
Decirle lo que siente sin ambigüedad, confiando puramente en el instinto.
La primera opción, si bien cómoda, resulta francamente arriesgada, existe una probabilidad de alrededor de 2% de que la espera de resultados satisfactorios.
La segunda, si bien arriesgada, ofrece un 50/50 de probabilidades de éxito.
Vamos, que lo peor que puede pasar es que diga que no, y de cualquier forma, igual pensabas quedarte sin él, cuando menos por un rato.
Otra, si nunca le dices pierdes mucho, se pierde todo eso que sientes por él, se pierde la oportunidad de algo mejor. Si le dices no tienes nada que perder, además de la esperanza. De cualquier manera es mejor saber de una vez, como arrancar un curita (ya sé, es trillado pero igual funciona)
Si no le dices, te vas a seguir preguntando que hubiera pasado si le hubieras dicho.Si lo haces,no tendras que preguntarte nada, ya sabes como sería.
Todo lo anterior en voz de una de esas muchachas a las que no les va tan bien, a pesar de o precisamente por haberle perdido el miedo al instinto hace rato, curiosa mejor amiga de la protagonista de la historia.
Muchacha confundida decide irse por el 50/50, decide que el fulanito en cuestión vale luchar a uñas y dientes. Decide no aceptar un No por respuesta.
Muchacha confundida se marcha esperando ganarle este volado a la vida, rogando porque la moneda caiga de su lado esta vez. Se hará escuchar, abrirá la puerta y le pondrá voz a ese sentimiento que la ocupa desde hace tiempo.
Amiga curiosa espera la reseña mañana a primera hora en conferencia telefónica, mientras, forja un gallo, se lo fuma y después escribe en su blog, pensando si será bueno o malo que a ella aún no le pasen estas cosas.
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