dimanche, mai 28, 2006

Una en un millón

Anoche fuí a una fiesta genial, en una azotea, llegamos mi amiga y yo sin conocer a nadie. Como que todos se conocían entre ellos y por lo mismo no se mezclaban. Pero igual lo pasamos bien. Y me di cuenta de lo imposible que resulta pasar desapercibida. Soy una lucièrnaga radiactiva...y la gente viene pero nunca se queda. Después nos colamos en otra fiesta porque había reggae, pero igual se acabó.

Me encanta el juego de las miradas, el instante justo del flirt que precede a que yo abra la boca y entonces se haga evidente que no pertenezco a ningún lugar.
Soy todo menos aburrida y gris, y a veces me cansa. a veces yo también tengo ganas de sentarme a llorar y que alguien venga y me abrace fuerte y se quede junto a mi. Yo también sueño, ¿sabes? no se puede ser como banderita todo el tiempo.

No se puede jugar toda la vida a no crecer, y hacer creer a todos que no tienes cerebro ni corazón. Puede que uno de estos días necesite un abrazo.
Mucho todo, soy una enganchada... el universo es adictivo...