jeudi, novembre 30, 2006

Fin de mes (Noviembre ruleó)

Hoy es 30 de Noviembre, para las personas normales no significa nada. Para mi, en concreto, tampoco.
Me pasa una cosa muy rara con noviembre, con el tiempo se ha vuelto mi mes favorito y, salvo el cumpleaños de mi señora madre (que también es día de fiesta nacional) no tengo mucho que celebrar.

Pero algo tiene noviembre, siempre me ocurren cosas extrañas y además, el clima se empieza a poner interesantemente frío.
Hace 2 años,noviembre me trajo una amarga certeza y me se llevó a uno de mis mejores amigos (al cual, por cierto, planeo recuperar un día de éstos). El año pasado, noviembre me dejó en la boca un dulce sabor que desapareció junto con él.

Ésta vez, noviembre tuvo muchos momentos memorables, empezamos bien, con El Tigre y la Nieve y mucha cerveza, empezó con frío y un poco de tristeza de mi parte, pensando en las personas que no podía (y no pude, ni puedo, ni podré) tener.
Siguió con un roadtrip del que tengo pocas fotos y muchos recuerdos, nos aventamos 7 horas hasta el DF, seis en un carro diseñado para 5 a lo sumo.
PEro valió la pena,no conocí a nadie ni me reconcilié comigo, seguí tan ausente como siempre pero vi a The MArs Volta y a Fobia y a la Gusana Ciega y a no me acuerdo quien más, y a pesar de la lluvia, la cerveza en $50 (hágame usted el favor, el CoronaFest y la cerveza más cara que nunca) y los empujones recibidos, fué una de esas cosas que me sorprenden cada noviembre.
Sí, seguía semitriste, pero para no perder la costumbre mis amigos salieron al rescate, como siempre, haciéndose los locos...ay cuánto los amo.

Regresé al concierto de Morrissey, donde volví a recibir mil empujones, pero lo vi tan de cerca que pude arrebatar de la horda salvaje un pedazo de su camisa tinta (que Claki me hizo favor de cortar con sus dientes, jojo) y ahí caí en la cuenta de que no puede ser mejor, tengo personas a mi lado que me quieren y se preocupan por mi seguramente más de lo que deberían.

Después, carretera de nuevo, ésta vez a casa. Sí,me tuve que poner linda, y lo que es más importante, me puse zapatos (y de tacón,que horror) para el evento familiar del año. La boda de mi prima a la que quiero mucho. Fué un tanto triste,porque si bien vi a mucha mucha gente que hacía rato no veía, definitivamente no fué lo que esperaba. Todo cambia, todos sin excepción han seguido con su vida y sus asunto, a todos me los encontré en medio de relaciones estables, cosa que no creí ver jamás. Al parecer soy la única que sigue aferrada a la difusa idependencia que dan los grandes grupos, la única que se rehúsa a comprometerse por lo menos de manera temporal. ¿Mi excusa? Mis 20 años y no necesito más. Pero igual fué pesado lidiar con las preguntas incómodas de la familia, sobre todo con la temida ¿y tu para cuando? Honestamente, no encuentro respuesta para ésto, no vengo de una familia donde me hayan metido en la cabeza que mi función en la vida era casarme y ser feliz. Mi función en la vida,según los que me educaron, ha sido siempre ser autosuficiente, estudiar lo que se pueda, salir llegar hacery deshacer, crear memorias y dejar huella por pequeña que sea. Y eso es precisamente lo que he estado haciendo éstos últimos 3 años, desde que me vine a vivir acá.

En fin,me perdí, el caso es que éste noviembre también la rompió, me da un poco de miedo que se haya ido tan rápido, porque diciembre no me gusta tanto, me hace pensar.

Mañana se casa Robio, así que también empezaré diciembre en carretera, porque hay que ir a Morelia a despedirse de otro que se nos va, jajaja,no, nada que ver. Pero sí quiero estar ahí, además de que se lo tenía prometido y no invitó a ninguno de sus amigos de antes, después de tantos cambios, solo yo logré sobrevivir a pesar de que hace años que no nos vemos.

Y si todo sale bien, éste año nuevo estaré volando a La Paz, suena poético y promisorio, a mi se me antoja profético.

Si, por estúpido que parezca, mi vida está hecha de círculos de tiempo que no me canso de transitar.